martes, 20 de diciembre de 2016

Causas de un despido procedente



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Dentro de los tipos de despidos podemos encontrar el despido objetivo, el disciplinario o el colectivo. Estos tres tipos de despidos podemos diferenciarlos en improcedente, procedente y nulo. Las causas de cada despido pueden ser diferentes, debemos saber si nuestro despide se clasifica primero en objetivo, disciplinario o colectivo, y a partir de ahí entender si es improcedente, procedente o nulo.





Cuándo un despido es procedente


Un despido se considera procedente cuando la empresa acredita las causas del despido disciplinario del trabajador y las causas objetivas, pues según el Estatuto de los Trabajadores, tras la reforma laboral de 2012, apunta que las causas deben ser concurridas al fundamento de la decisión extintiva cumpliendo los requisitos que establece el apartado uno del artículo 53 del Estatuto de los Trabajadores, ya que en otro caso se considera improcedente.

Es por eso que el despido procedente es el que acredita con pruebas un despido disciplinario del trabajador, por lo que el contrato con el trabajador se extingue y no le corresponde ningún tipo de indemnización.


Aviso de un despido procedente

Para poder proceder a un despido procedente por parte de una decisión del empresario, es necesario comunicar de una manera efectiva al trabajador. La forma tradicional de hacerlo es con la carta de despido, terminando con el contrato de servicios entre empresa y trabajador.

El contenido de la carta indica que tipo de despido es, diferenciando entre objetivo o disciplinario. El trabajador puede reclamar ante tribunal si no esta de acuerdo con los motivos por los cuales es despedido. Lo más habitual para no llegar a instancias judiciales es pasar por órganos de conciliación laboral.
Además se debe incluir la fecha en la que se produce el despido y los motivos que justifican el mismo, y el trabajador ha de demostrar si el despido es improcedente o no. 



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